AVISO

sábado, julio 08, 2006

Cuando Jesús fue negro, y africano

Son estos días de resaca en España por la visita del jefe de la Iglesia Católica los más indicados para hablar de cuando Jesucristo fue negro. Corría el año 1921 cuando en plena colonia belga del Congo surgió la figura de Simón Kimbangu. Nacido a finales del siglo XIX, Simón vio cómo se le aparecía Dios en fecha de 18 de Marzo y cómo Éste le pidió que transmitiera su palabra por doquier, lo que en el Congo significa la sabana y la selva.

La doctrina que predicaba Kimbangu era la de la resistencia ante el opresor blanco. Afirmaba que Dios era negro y que los colonos blancos lo habían robado, por lo que serían condenados en la otra vida. Kimbangu profesaba un cristianismo negro que logró propagar rápidamente ante lo cual la administración colonial belga decidió arrestarle y condenarle a muerte. Indudablemente este hecho aumentó su popularidad y ayudó a que la presión obligara a los belgas a reducir la pena a cadena perpetua.

El discurso kimbanguista, de fuerte contenido mesiánico, se transformó así en un referente de la lucha anticolonial africana. En África, en el momento del resistir africano frente al poder colonial, no existieron referentes históricos a los que aferrarse. Debido a la tradición oral de la historia africana y a la represión de los colonizadores, los africanos perdieron muchos de sus referentes culturales y políticos, quedando así huérfanos de las clásicas referencias al pasado que toda revolución tiene en algún momento con el objetivo de convocar a más población a la lucha.

Cuenta Ryszard Kapuscinski en su libro La Guerra del Fútbol y otros reportajes que Simón Kimbangu llegó a tener su propia Iglesia en mitad de la selva y que el día que la inauguró, acudió a ella con un bote de pintura y un pincel. Poco a poco, Kimbangu fue pintando las imágenes de todos los santos y todas las vírgenes que allí había, transformando su tez blanca en una figura negra y convirtiéndoles, a aquellos a los que imitar e idolatrar, en hombres y mujeres de África como los que rezaban en esos bancos. La Iglesia Kimbanguista aún hoy está presente en la realidad africana aunque, por supuesto, no es reconocida por el inmaculado y santo Vaticano.