AVISO

jueves, diciembre 07, 2006

¿Cómo pedir disculpas y -sobretodo- para qué?

La Iglesia Católica ha vuelto a dar ejemplo otra vez –como tantas. Sin embargo la diferencia es que hoy el ejemplo ha sido seguido por el país patrio del Anglicismo, aquellos británicos que renegaron de la autoridad papal con el reinado de Enrique VIII. Y es que la semana pasada, en un foro sobre la historia del Imperio Británico, Tony Blair, Primer Ministro británico, pidió disculpas –no sabemos si oficiales- por las barbaridades que el Imperio cometió en su proceso de colonización.

Barbaridades, así las llamó, que fueron también responsabilidad de otros países europeos. Francia, España, Bélgica y Portugal –con los intentos breves de Alemania y de Italia- colonizaron África. Y a ellos se les unió Holanda en sus posicionamientos en Asia. Todos estos países, responsables de aquellas barbaridades de las que habla Blair durante la colonización –recordemos aquí también la esclavitud y su negocio en EEUU- y de otras aún más graves durante la poscolonización.

Las disculpas por atrocidades cometidas siglos atrás son positivas –mejor, eso sí, si las disculpas se hacen desde instituciones nacionales como el Parlamento, que de manera informal en unas jornadas. Pero éstas no limpian al Estado del pecado de haberlas cometido. La Iglesia, con Juan Pablo II a la cabeza, pidió disculpas en el año 2000 por las atrocidades cometidas por la institución antes del Concilio Vaticano II. La idea era entrar en el nuevo milenio puros de errores -¿para poder cometer otros nuevos?, me pregunto. Sin embargo, el pontífice olvidó pedir disculpas a aquellos que él mismo había humillado, pedir disculpas por aliarse con la Administración Reagan e intervenir en política como si las dos espadas del medievo, la temporal y la espiritual, aún estuvieran en su poder. Olvidó tantas y tantas cosas, que hizo de las disculpas del Milenio algo banal, sin importancia y ridículo. Porque ya todos sabemos que la Tierra se mueve alrededor del Sol y no a la inversa ¿verdad? Así que disculparse por algo que, salvo los rencorosos con la Historia, todo el mundo tenía olvidado o le otorgaba escasa importancia no tiene mérito. Lo valeroso hubiera sido asumir los errores del presente. Pedir perdón por abusar de niños, por excluir a todo aquél párroco que piense de manera diferente, por excluir a la mujer del gobierno de la Iglesia, por seguir haciendo dinero mientras la pobreza que ha de sanar con su caridad sigue aumentando… y por tantas y tantas cosas.

En el caso de las disculpas británicas ocurre algo parecido. Pedir disculpas por aquello que se hizo siglos atrás no sirve de nada si las actitudes de hoy siguen siendo las mismas. Piden disculpas por azotar con el látigo al negro africano del siglo XIX, pero no rectifican en su posición sobre un Comercio Mundial que obliga al negro del siglo XXI a jugarse la vida tratando de llegar a nuestras costas. Sin ir más lejos, fue el mismo Tony Blair –aka El Redimido- el que propuso en la Cumbre de Sevilla de la UE del año 2002 un nuevo sistema de refugio político. El problema que tenía Mr. Blair era que muchos inmigrantes llegaban camuflados de refugiados políticos. Llegaban hasta las oficinas de la función pública británica y pedían refugio político. Algunos osaban decir que, debido a que estaban perseguidos en su país de origen y tuvieron que salir corriendo de sus casas, no llevaban consigo su pasaporte o los recortes de periódico que acreditasen su amenaza –que debe haber una sección de amenazas en sus periódicos como aquí las hay de venta de pisos, coches de segunda mano o servicios de señoritas. Los había incluso que no llevaban a sus amenazadores consigo para justificar su petición de asilo –bastards!- con lo que entre que se estudiaba y se denegaba su petición de refugio, se terminaban perdiendo por el territorio británico y nunca más salían de allí. De esta manera, pensó Mr. Blair, lo que había que hacer era llevar a todo aquel que pidiera refugio a un campo de relocalización –o campo de concentración en su versión clásica- que estuviera situado en algún Estado Tapón que prestara los terrenos a la UE –se habló de la nueva Libia del Gaddafi 2.0 o Gaddafi-Bueno. Allí, el refugiado esperaría a que o bien se le concediera su petición o bien se le abriera la puerta, en Libia, y se le dijera que no y que se fuera andando para su casa. Derechito y sin entretenerse por el camino ¿eh?

Pues así están las conciencias estatales hoy día, señoras y señores. Como bien dice la frase de Frantz Fannon que adorna los pies de este blog “No hay misión negra, no hay responsabilidad blanca”, es decir, lo que ocurrió en el pasado, se queda ahí pues hoy ninguno somos responsables de que nuestros tatarabuelos pensaran que las razas no blancas eran inferiores o que su religión o vida moderna era superior a cualquier otro modo de vivir. De lo que sí es responsable el Estado de hoy día, el Estado Occidental que salió de la II Guerra Mundial y que, con pequeñas variaciones, es el que hoy alumbra nuestras calles, es de los errores cometidos durante la poscolonización, de las invasiones europeas de África ocurridas en distintas operaciones militares camufladas de Humanitarias, de los acuerdos TRIPS que impiden a los Estados africanos comprar medicamentos genéricos en la lucha contra el VIH/SIDA, de la connivencia con gobiernos opresores y que castigan a su población a cambio de petróleo, diamantes o demás minerales, y de tantas y tantas otras cosas que hemos visto y que veremos en este blog.

Es por esto por lo que Mr. Blair y otros líderes deberían pedir disculpas y cambiar así sus políticas, no por lo que pasó hace más de 200 años y por lo que hoy poco podemos hacer, salvo abrir museos.

miércoles, noviembre 15, 2006

Nuestra colonia en África

En las Relaciones Internacionales lo más parecido que ha habido a un sorteo de vivienda de protección oficial fue el Congreso de Berlín de 1885. En él, las potencias europeas –y las no potencias- se repartieron el control sobre el continente africano y establecieron las normas de convivencia de los europeos en el mismo. Allí Bélgica se hizo oficialmente con el Congo y a nosotros, al Imperio Español, nos tocó en suerte un cacho de África al que dimos en llamar Guinea Ecuatorial.

Fue colonia española hasta que en el Octubre de 1968, el régimen franquista permite la independencia del país africano deshaciéndose de la penúltima de sus colonias. Al poder accederá Francisco Macías Nguema dictador caprichoso y sanguinario que terminaría por proclamarse como Presidente Vitalicio. Largo se lo fiaba, pues en 1979, 11 años después de acceder a la independencia, el país sufría un Golpe de Estado a manos del ex-teniente del ejército guineano Teodoro Obiang. Prometiendo acabar con el régimen de sangre de su antecesor, Obiang apresará a Macías, lo juzgará y lo ejecutará. Las promesas de libertad quedarán en saco roto cuando se establece un gobierno dictatorial que conducirá al país hasta el régimen unipartidista de 1990 que aún hoy perdura.

Como ocurre en toda África, las relaciones de política y economía internacional del país africano han de tener siempre como referente a la ex-potencia colonial. Es una ridícula norma no escrita y caso de Guinea Ecuatorial no es diferente. España ha mantenido siempre intereses en la zona, principalmente económicos. Repsol-YPF era el concesionario exclusivo de buscar petróleo en aguas guineanas, unas aguas limítrofes con las más ricas en petróleo de todo el continente. Sin embargo, Repsol-YPF fue incapaz de encontrar nada –o más bien se declaró incapaz- dando paso a las prospecciones de empresas norteamericanas y británicas que finalmente sí encontraron el crudo y que lógicamente obtuvieron los contratos de explotación. Eso sí, antes se aseguraron de dejar una parte del negocio a la corporación española por su oportuna declaración de incapacidad. Como no sólo de petróleo vive el empresario, Pescanova tiene grandes intereses en las costas guineanas, pues es allí de donde, sin trampa ni cartón pero con libertad absoluta, ha obteniendo sus principales capturas de langostinos navideños.

Los intereses económicos han sido los principales motores de las relaciones hispano-guineanas. Felipe González ya visitó oficialmente el país en 1991 y ha sido el último Presidente de Gobierno español en hacerlo. Sin embargo sí que lo visitó Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Asuntos Exteriores y López Aguilar, Ministro de Justicia, en Octubre pasado, donde concretaron la visita que estos días realiza Teodoro Obiang a España. Los motivos declarados de esta visita del dirigente africano a su antigua potencia colonial son, claro está, de índole económica y política. En el plano económico, Obiang tiene previsto entrevistarse con empresarios de distinta índole –entre los que se incluyen los más altos miembros de Repsol-YPF- y la agenda consistirá en la realización de inversiones españolas en el país africano. Sin embargo, en la agenda política, las denuncias sobre abusos de los Derechos Humanos en Guinea Ecuatorial y la celebración de unas elecciones democráticas limpias y abiertas serán los puntos centrales en la reunión entre Obiang y el Presidente Zapatero.

No cabe duda de que en estas entrevistas guineanoespañolas el punto central son los asuntos económicos por mucho que se disimule dándole un aspecto político. A pesar de la interesante nueva visión que desde las agencias gubernamentales hay sobre las relaciones de España con África, la predisposición histórica que hay en este país con respecto a Guinea siempre ha sido la de conseguir oportunidades de negocio. El Estado ha desplegado todo su armamento –nunca mejor dicho- en pos de asegurar la defensa de sus posiciones de privilegio. Así, el Gobierno no dudó en enviar dos fragatas españolas a las costas guineanas en Marzo de 2004, al descubrirse, por parte de los servicios secretos sudafricanos, un complot para derrocar a Obiang urdido por diferentes empresarios británicos, entre los que destacaba un hijo de la ex-Premier británica Margaret Thatcher.

La intentona golpista tuvo su efecto en territorio español cuando la oposición guineana en el exilio empezó a movilizarse en los mismos términos. El principal líder opositor, Severo Moto, refugiado en España desde hacía años, desapareció inexplicablemente durante un periodo de tiempo en el año 2005. Apareció al poco tiempo de haber sido secuestrado frente a la costa de Dubrovnik, en Croacia, y liberado ileso después. La sombra de la compra de armas en los mercados del Este que trajo consigo este suceso contribuyó definitivamente a que el Gobierno de Zapatero le retirase la condición de refugiado político y, por consiguiente, le conminara a abandonar el país. Desde entonces, sigue siendo aliado político de José María Aznar y mantiene su lucha contra el gobierno de Obiang, al que un día él perteneció, a través de su gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio.

Dentro del país, la oposición a Obiang viene determinada por dos grandes grupos. Por un lado están aquellos activistas a favor de los Derechos Humanos, quienes se ven encarcelados en la siniestra cárcel de Bahía Negra. Por el otro, los opositores políticos constituyen un grupo de dirigentes con partido político de corte neopatrimonial que, en caso de hacerse con la suficiente fuerza social, son ascendidos a la categoría de Ministros por el dictador convirtiéndose en parte del sistema y obviando las injusticias del mismo.

La situación del país, mientras tanto, sigue empeorando aún teniendo unos ingresos tan fuertes debido a la incipiente industria petrolífera. La población sufre tremendas carestías y el Desarrollo Humano del país sigue inmerso en un descenso continuado. Fuera hay una población de número considerable en el exilio, principalmente en España, que ha perdido la fe en lo político y que termina considerando más importante las redes sociales de solidaridad –fundamentales por otra parte en toda África- que los movimientos políticos. Como dato anecdótico, cuando se plantearon ciertas manifestaciones en Madrid contra la dictadura de Obiang hace un par de años, éstas fueron integradas principalmente por españoles y no por guineanos, aún a pesar del gran número de éstos residentes en la capital o sus proximidades.

Con todo, siempre hay grupos que tratan de concienciar a la sociedad española de la responsabilidad que ésta tiene para con los ecuatoguineanos, antiguos ciudadanos del reino. Hoy por hoy la oposición a Obiang ha logrado que se paralice su visita al Congreso de los Diputados, pero no sus reuniones con el Alcalde de Madrid y la Presidencia de Gobierno. Habrá que seguir trabajando para que España se tome en serio su papel de facilitador de la democracia en Guinea Ecuatorial, no por continuar la regla post-colonial que invita a la metrópoli a controlar lo que suceda en su ex-colonia, sino porque España ha sido y es una parte importante en el problema que las dictaduras plantean a los ecuatoguineanos.

martes, noviembre 07, 2006

Convirtiendo la oscurana en claridad

[Publicado originariamente en Derrota Urgente]

Aún estamos esperando confirmación, pero con más del 60% de votos escrutados, parece que Daniel Ortega se va a hacer con la Presidencia de Nicaragua. El sistema electoral permite a cualquier a de los candidatos ganar en primera vuelta si obtiene el 40% de los votos o si se hace con un 35% y saca, al menos, cinco puntos al siguiente candidato. Así pues, el Sandinismo –o lo que queda de él- volverá a gobernar en Nicaragua 27 años después de que se hiciera con la victoria en la Revolución y 16 desde que perdiera las elecciones.

En todo este tiempo, Daniel Ortega ha sido el director del Frente Sandinista. No ha faltado, desde que se convocan elecciones, a ninguna pelea electoral y, aunque ha perdido todas y es el candidato más detestado por la mayoría de la población, aún se puede hacer con la Presidencia debido a ciertas claves. La primera, como comentábamos, es el sistema electoral. Éste fue modificado por un acuerdo entre el propio Ortega y el entonces presidente Alemán –actualmente convicto por corrupción. Entre estos dos personajes se establecieron esos extraños porcentajes de los que hablábamos buscando que Ortega se hiciese, de una vez por todas, con la que parece va a ser su primera victoria electoral. La segunda es el apoyo internacional obtenido por él. Frente al apoyo norteamericano de Eduardo Montealegre, Ortega esgrime sin pudor el apoyo de Chávez y de su petróleo. De nuevo los dos modelos de América se vuelven a encontrar en unas elecciones. La diferencia es que ahora Ortega no invoca el bolivarismo como sí hiciera Evo. Ortega sigue manteniendo una imagen marxista pero sustentada con una fuerte alianza con sectores de la derecha nicaragüense. No obstante, el vicepresidente de Ortega es un conocido líder de la Contra y quien, además, confiscó su casa tras el fin de la Revolución y aún sigue viviendo en ella. Juntando todos estos apoyos, más el eclesiástico, Ortega va camino de ganar las elecciones.

No será en cambio su primera Presidencia pues organizó la Revolución Sandinista desde la dirección del Frente y la posterior resistencia frente a los ataques de la Contra. Desde 1979 hasta 1990 Ortega presidió un país que pasó desde el más profundo revolucionarismo marxista-católico a ser salvajemente destrozado por una guerra civil promovida y sostenida por Washington. Haciendo un poco de historia, podemos ver cómo los sandinistas hicieron una revolución armada desde abajo frente al régimen de la familia Somoza quien llevaba más de 40 años humillando al país.

La Revolución Sandinista rompió con muchos mitos de las revoluciones marxistas. Como se ha dicho, no se perdió el carácter de revolución católica en ningún momento. Prueba de ello fue el nombramiento de Ernesto Cardenal, un jesuita ordenado, como Ministro de Educación. Cardenal pidió permiso al Vaticano para aceptar el cargo y éste fue concedido. Sin embargo, la alianza entre la Administración de Reagan y Juan Pablo II motivó que el permiso fuese retirado y se ordenara a Cardenal abandonar el Ministerio. Ante la negativa de éste, fue expulsado de la Iglesia.

Una Iglesia que aún jugaría un papel fundamental a la hora de desacreditar a una Revolución y a un pueblo que en ningún momento pretendieron faltar a los principios católicos. Cuando Juan Pablo II organizó su viaje a Managua mediados los 80, exigió que el gobierno en pleno acudiera a recibirlo a pié del avión. Ernesto Cardenal –aún no expulsado- se encontraba en esa fila y cuando le tocó el turno de saludar al jefe de su Iglesia lo hizo como católico, no como Ministro. Arrodillándose y besándole el anillo, tuvo que aguantar agachado la reprimenda pública de Juan Pablo II por haberse convertido en Revolucionario. Ese dedo acusador del Papa –ese de quien dicen que pacificaba países- que regañaba a un Ministro de Educación capaz de establecer un plan de alfabetización que acabó con el índice del 82% de analfabetismo del país, se volvió más adelante hacia la misma población nicaragüense cuando en la misa pública multitudinaria conminó a todos los revolucionarios a bajar las armas y dejar la doctrina marxista para adentrarse en un liberalismo católico representado por EEUU.

Los Gringos siempre consideraron Centroamérica como su patio de atrás y pensaron como oportuno crear un movimiento contrarrevolucionario que sostuvo una guerra civil que terminaría con las posibilidades del Sandinismo. En 1990 los dirigentes del Frente accedieron a la celebración de unas elecciones que ganaría Violeta Chamorro y que dejarían a un Daniel Ortega corrupto en la dirección de la oposición. Para entonces Ortega ya se había convertido en referente para las izquierdas europeas. Sin ir más lejos, fue traído por el Movimiento contra la OTAN aquí, a España, para apoyar la más multitudinaria de las manifestaciones contra el ingreso en la alianza. Mientras su pueblo, sus revolucionarios, se morían en la selva nicaragüense luchando frente a una Contra abastecida, creada, dirigida y apoyada por los norteamericanos, Ortega fue capaz de salir al estrado de la manifestación en Madrid, mirar a la cara a todos los manifestantes, ¡y defender la política atlántica de Felipe González!

España entró en la OTAN y EEUU ganó para su eje al segundo país más pobre de América –tras Haití. Ortega se quedó en la oposición, acusado de violación de una de sus hijas y con la mente puesta en recuperar el poder cuanto antes. Parece que ahora ya le vuelve a tocar. Es una lástima que tras de sí deje los caminos del sandinismo destrozados. Que nadie recuerde que en esa Revolución no había policía que reprimiese a los ciudadanos. Que la más popular de las revoluciones latinoamericanas fuera rota por los designios norteamericanos, el egoísmo de la clase alta nicaragüense y la corruptela de dirigentes como Ortega. Hoy puede ganar él, pero pierde Nicaragua.

“Es posible que esté equivocado, pero déjenme equivocarme esta vez a favor de los pobres”

Ernesto Cardenal, Ex-Ministro Sandinista y ex-jesuíta.

viernes, octubre 06, 2006

El conflicto que se vuelve internacional

Retomando la senda de la explicación de los acontecimientos históricos en la República Democrática del Congo y tras explicar en dos entradas anteriores el proceso de descolonización que sufrió el país así como la llegada al poder del dictador Mobutu Sese Seko -quién seguramente protagonizará más entradas en el futuro de este blog- hoy partimos hacia mediados de los años 90, cuando dicho dictador cayó a manos de una revolución empezada -quién se lo iba a decir- en un pequeño Estado vecino: Ruanda.

Los acontecimientos ocurridos en Ruanda, donde una parte de la población, Hutus, se dedicó a perpretar la desaparición física de la otra parte, Tutsis y Hutus que no participaban del movimiento, tendrán repercusiones funestas para la subsistencia del régimen de un Mobutu afectado de cancer.

Por una serie de cuestiones que no vienen al caso, los perpetradores del Genocidio de Ruanda logran escapar como refugiados políticos a la frontera con Zaïre. Allí, desde los campos de refugiados, se establecerán distintas estrategias para desestabilizar al gobierno ruandés. Sin embargo pronto estas actividades darán un giro de 180 grados. La lucha se situará frente al gobierno del Zaïre, quien por su parte rechaza y combate a los refugiados. Estos militares Hutus se unirán a la disidencia zaïreña liderada por Laurent Kabila formando un grupo que, con el apoyo final de los otros tres países de los Grandes Lagos fronterizos con Zaïre -Uganda, Burundi y Tanzania- iniciarán una revuelta que irá tomando posiciones desde el Noreste del país hasta la capital Kinshasa, al Suroeste.

Los rebeldes de Kabila lograrán conquistar la capital en poco tiempo avanzando de una manera relativamente rápida. Cuando ésta se encuentra sitiada, la familia de Mobutu Sese Seko ya ha logrado desmantelar la mayoría de sus centros de poder. Por entonces el gobierno -formado en su mayoría por estos familiares- sólo ejerce el control sobre las casas de sus miembros y Mobutu huye refugiado por el Reino de Marruecos. El resto del país, si no está controlado por los rebeldes, lo está por la población armada. Kabila termina llegando al poder en Septiembre de 1997 tras 11 meses de rebelión y logra configurarse como el líder del nuevo Zaïre, un país que rechazará la política acaparadora de recursos financieros que tuvo el dictador Sese Seko y que se presenta al mundo como una nueva esperanza para la población africana.

Kabila tomará una serie de medidas institucionales como el cambiar de nuevo el nombre del país. De Zaïre, volverá a ser Congo. República Democrática del Congo, como se la conoce hoy en día. "Democrática", sí, en clara alusión a los nuevos criterios que los donantes internacionales establecen para participar de la Cooperación Internacional y no de su filosofía política. Cambiará la bandera, de esa verde con un sol amarillo que antes explicábamos, se volverá al fondo azul celeste y las 7 estrellas doradas, la colonial. Estos dos hechos escenifican muy bien cuál es la política de Kabila. Llegar a ser un país susceptible del respeto por parte de los grandes socios internacionales, obtener recursos de la Cooperación Internacional, recrear el feudo que antes tenía Mobutu, pero con otro estilo.

Sin embargo Kabila está comprometido con las facciones Hutus de la rebelión a dar a esta etnia un poder y una presencia en los poderes públicos que resulte mayoritaria frente a otras, mientras que, poblacionalmente, los Hutus son una minoría muy localizada en la región fronteriza con Rwanda y Burundi, el Kivu, allá donde estalló la rebelión. La mayoritaria presencia de hutus en el poder congoleño levantará muchos malestares en otro tipo de etnias y Kabila decidirá jugar a la política etnificada olvidándose de otros principios.

Politizando las etnias, Kabila abandonará su apoyo a los hutus y terminará marginándoles en beneficio de otras. Con lo que él no contaba era con el nuevo renovado apoyo de Tanzania, Burundi y Uganda a los líderes hutus. Volviéndose a levantar en la región del Kivu, como varios años antes habían protagonizado junto a Kabila, la nueva rebelión comenzó a extenderse por todo el país. De nuevo de Noreste a Suroeste. La diferencia con la rebelión de Kabila es que esta vez las facciones no están unidas en torno a un líder, sino que existen varios de ellos apoyados por uno u otro país. Tanzania, Uganda y Burundi tendrán sus propios elegidos quienes, además, obtendrán cuantiosos beneficios de la explotación de recursos naturales existentes en las zonas por ellos controladas y terminarán por asentar los frentes de batalla, sacando mayor partido a la guerra en sí misma que a la posibilidad de lograr el poder. Se extienden los señores de la guerra por todo el país que se alían y traicionan entre ellos y entre compañías multinacionales extranjeras que ven en la situación un filón para obtener los minerales necesarios para fabricar sus productos -móviles suecos en su gran mayoría.

Kabila, por su parte, terminará por morir a causa de los disparos de uno de sus guardaespaldas el 16 de Junio de 2002, dejando un país regido por los señores de la guerra y a su hijo, Laurent Kabila Jr., al mando del gobierno de la República Democrática del Congo.

jueves, septiembre 21, 2006

... y los sueños, sueños ¿son?

Este viernes 22 de Septiembre La 2 de Televisión Española emitirá por la noche el documental La Pesadilla de Darwin. Para quien no la viera durante su corta permanencia en la cartelera de este país es un muy buen momento para hacerlo. El documental está rodado en las inmediaciones del Lago Victoria y cuenta la historia de cómo en este lugar se introdujo una especie invasora, la Perca del Nilo, con el fin de hacer crecer la industria de la pesca.

Pero no se engañen, no es un documental sobre naturaleza. Desde el desastre medioambiental que supuso la introducción de ese pez en aguas que no eran las suyas el cineasta Hubert Sauper logra reflejar el modo de vida de unas poblaciones conducidas a la miseria por parte de gobiernos extranjeros y propios. La película remueve conciencias y, lo que es más importante, estómagos. Ver al representante de la Unión Europea decir que están contentos con los avances en la calidad del pescado que se importa al continente y, minutos más tarde, ver las consecuencias de esa industria pesquera en la alimentación de las poblaciones te hace mirar la etiqueta de cualquier pez congelado que uno compre. Se habla de naturaleza, de comercio, de armas, de guerra, de desastres ecológicos, de vidas desperdiciadas por no ser del color o de la nacionalidad que se debería ser. En definitiva, se habla de un lugar donde se cree nació el hombre y se refleja muy bien cómo nuestra especie puede acabar. Es la pesadilla del hombre que creyó en la evolución de las especies, pues la nuestra ha involucionado.

Hace ya algún tiempo, una conocida mía que no sabía a qué quería dedicarse le dio por pensar que la Cooperación al Desarrollo era lo suyo. Pensando desde las buenas intenciones que ella tenía me preguntó cómo saber si el trabajo de cooperante iba a ser la horma de su zapato. Lejos de darla una charla sobre las bondades y las dificultades del trabajo en Desarrollo la invité a ver la película y que después se planteara qué hacer y qué no hacer en su vida. Desconozco si fue esto lo que la invitó a decidir, pero desde luego se decidió por buscar otros horizontes profesionales. Para aspirantes a cooperantes o no, para interesados en la política -nacional, internacional...-, para aquellos que tienen conciencia social y, especialmente, para aquellos cuya conciencia social no se ha desarrollado, para todos ellos mañana viernes será necesario quedar tarde con los amigos y ver antes la película que La 2 propone. Desde luego tendremos tema de que hablar para toda la noche.






lunes, septiembre 11, 2006

El 11S y el continente africano

Con tanto aniversario del 11S por parte de todos los medios no me queda más remedio que meterme en la vorágine informativa y hacer una pequeña ruptura en la narración de la historia congoleña para hablar de África y el 11S.

El hecho de que el continente africano sufra continuamente conflictos internos, así como la combinación de éstos con la fragilidad del Estado africano, hace de África un lugar central en la Seguridad Global y en la lucha antiterrorista que tanto EE.UU. como, en menor medida, la UE mantienen.

La fragilidad del Estado es una de las causas potenciales para la instalación de fenómenos de terrorismo internacional de tipo Al-Qaeda. Dicho tipo de organizaciones necesita de Estados que mantengan un mínimo de infraestructura y que al tiempo no sean capaces de controlar la seguridad interna, de mantener el monopolio de la violencia. En África dicho asentamiento viene siendo documentado desde hace tiempo. Así la presencia de Al-Qaeda se constata desde 1990 en Sudán hasta 2002 en las operaciones financieras con diamantes en la Liberia de Charles Taylor, pasando por Somalia en 1992 y 1993.

Existe una relación entre el surgimiento de este tipo de terrorismo en el continente africano y los problemas de pobreza, de falta de expectativas para la juventud y en especial de la pérdida de los valores tradicionales africanos. Sin embargo esta relación no es directa y en muchas ocasiones desvirtúa tanto el no-desarrollo de África como el mismo problema del terrorismo.

Otra de las posibles causas que explican el fenómeno del terrorismo internacional dentro del continente africano es la religión. El 40% de los africanos son musulmanes y, aunque la gran mayoría son de carácter moderado, existen organizaciones islámicas y comunidades que promocionan un tipo de islamismo radical y fomentador de la lucha contra occidente de corte wahabbista[1].

Desde los gobiernos africanos, esta relación terrorismo-pobreza está siendo agitada para la captación de mayores recursos internacionales para el desarrollo, desvirtuando, como antes se mencionaba, las verdaderas causas de la pobreza y del no-desarrollo. Tradicionalmente África no ha recibido fondos para la cooperación en términos de seguridad pero, tras el 11S, EE.UU. ha cambiado su política. Si la UE no ha modificado los objetivos a tratar, EE.UU. se ha preocupado de hacer de África un continente más seguro para sí mismo. El puesto de mando en Europa de los EE.UU. del que depende su relación de seguridad con África ha visto reforzadas sus infraestructuras. Estados africanos han visto como EE.UU. ha ofrecido colaborar en la formación e incluso en la creación de las capacidades de las fuerzas de seguridad africanas mediante dos iniciativas: Iniciativa para el Sahel (Mauritania, Malí, Chad y Níger) e Iniciativa Antiterrorista para el Este de África (Kenia, Uganda, Tanzania, Yibuti, Eritrea y Etiopía). Asimismo ha buscado la posibilidad de instalar bases militares en territorio africano colocando una en Yibuti y dirigiendo desde la costa del Índico la operación para el control del tráfico de armas en dicho océano.
Sin embargo más allá de los asuntos militares se debe mirar qué actuación se ha de tomar con los Estados Frágiles que resultan incapaces de controlar el terrorismo, ya sea de carácter local o global, alojado en sus territorios. Diversos autores defienden la tesis de que una mayor coordinación entre los países donantes y los receptores ayudaría al reforzamiento del Estado. Abandonar a los Estados Frágiles a su rumbo puede derivar en que sea un actor no estatal quien atraiga los recursos de la violencia que debieran ser estatales. Dicho actor será imprevisible en sus acciones e incontrolable por medios estrictamente militares.

Dentro de este contexto surge rápidamente la pregunta “¿Qué clase de cooperación se tiene con los Estados Frágiles?”. Da la impresión de que la actuación se ha de llevar a cabo con Estados Frágiles que gracias al terrorismo internacional han recuperado la importancia geoestratégica que habían perdido tras la Guerra Fría. Así tanto EE. UU. como la UE están potenciando la ayuda (al desarrollo o de seguridad) con los llamados Estados Tapones. Aquellos Estados que, por su proximidad geoestratégica actúan como taponadores de la inmigración, tráfico de armas, de droga, etc hacia el Norte. En definitiva, actúan como filtro de control de las potencias occidentales. Por otro lado se observa una aplicación de lo que se podría llamar el "Modelo Triple Frontera" –en referencia a lo sucedido en la frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina- que implica la militarización y posterior control por parte del donante occidental de una zona rica en materias primas, alegando que es un supuesto refugio de terroristas internacionales.

Al mismo tiempo, centrar los debates sobre cooperación entre Norte y Sur en asuntos de Seguridad Global o en concreto de terrorismo, de clara importancia para el Norte pero de nula para el Sur, es ignorar las causas del no-desarrollo y olvidar la verdadera piedra sobre la que ha de sostenerse el modelo de desarrollo africano: la educación, la inversión en capital social y demás aspectos que ayudan a la reducción de la Pobreza, el mayor enemigo de todos.

Alegar que la lucha antiterrorista resulta importante para los Estados Frágiles sólo porque padezcan un terrorismo local, es centrar la solución del conflicto en términos militares y alejados, en la mayoría de los casos de la realidad. Un Estado Frágil pierde el monopolio de la violencia como consecuencia de un enfrentamiento con una banda armada que controla unos recursos. Ofrecer, en muchos casos, una salida “a la mozambiqueña”, esto es, ofrecer un espacio político a aquel que resta recursos al Estado para que pueda participar de un Estado con pleno control de los mismos, es una solución no basada en los principios de seguridad que se están imponiendo desde el Norte y por lo tanto negando las soluciones desde el Sur.

Para otro día, para otra entrada, quedará el análisis de los hechos acontecidos hace ya algún tiempo en Zimbabwe y más recientemente en Somalia. Algo que también tiene mucho que ver con la política norteamericana tras el 11S.

[1] Casos como el de la organización Ali-Shee en Kenia, que amenazó con provocar una guerra de independencia para una región keniata si el Estado no accedía a instaurar la sharia o la organización Al-Haramin, directamente financiada por Arabia Saudí, que promocionaba un islamismo radical y que, exceptuando en Somalia, ha sido casi controlada por los Estados Africanos y el mismo país árabe que antes la sostenía económicamente.

viernes, septiembre 08, 2006

Autenticité

Ver una foto de él es ver la representación colectiva que occidente tiene de un dirigente africano. Gorro de leopardo a juego con su chaqueta. Gafas de pasta de tamaño grande. Ceño fruncido y bastón de mando en una mano.

Mobutu Sese Seko fue un símbolo que gobernó el Congo empezados los 60 hasta finales de los 90. Se encargará de atrapar a Lumumba en la trampa de Katanga a pesar de que él mismo le había ascendido durante la crisis de la independencia. Vendiéndolo a los americanos, Mobutu empezará a parecer ante los ojos de Washington como el único capaz de gobernar el corazón de las tinieblas. Él era el único aliado de confianza en una zona donde la URSS ya estaba apoyando en la desestabilización –en Mozambique y Angola había guerrillas de sesgo comunista que luchaban contra los portugueses.

Cuando da el golpe de estado que le lleva a asumir el poder, Mobutu tiene la confianza de la administración norteamericana para imponer la ley y el orden en el Congo, pero le falta un carisma entre la población africana como el que tenía Lumumba. En 1966 empieza lo que llamó la política de autenticité. La premisa será la de acabar con cualquier retazo de la presencia colonial en el país. Para realizar esto se cambiarán los nombres de las ciudades –hasta ahora con nombres como Leopoldoville, Stanlyville, etc.- por nombres africanos –Kinshasa, Lubumbashi, Kananga, Goma, …-, se cambió el nombre del río y, por ende, del mismo país al que daba nombre. Ahora ya no hablaremos de Congo, sino de Zaïre. Incluso, Mobutu obligará a cambiar de nombre a todos sus ciudadanos. Imponiendo como norma que quien no cambiara su nombre colonial por otro africano perdería la ciudadanía y por tanto sus derechos, él mismo ejemplarizará con su cambio de nombre. Joseph Mobutu pasará a ser conocido desde entonces como Mobutu Sese Seko, o literalmente “Potentísimo Guerrero”.

Esta política de pérdida del sesgo colonial captó muchos elogios en el plano internacional tercermundista –no hay que olvidar que el tercermundismo estaba entonces imponiéndose como ideología alternativa a la política de bloques- hasta el punto de que se pasará por alto su sabida alineación con el bloque norteamericano y se le verá como uno de los grandes líderes de los no alineados. Mobutu gana el prestigio necesario para ser aceptado por los líderes africanos y del resto del mundo y decidirá potenciar aún más esta imagen cambiando la bandera de su país. Si hasta entonces la bandera de Congo había sido la bandera creada por los belgas, fondo azul celeste con siete estrellas doradas en referencia a las siete provincias que tenía el país, ahora se adoptará otra de un claro significado africanista. Por entonces la idea de que África debía unirse políticamente estaba muy presente y los discursos como los de Nkrumah llamando a las naciones africanas a unirse frente a los poderes neocoloniales se mostraban al mundo como un símbolo de rebeldía de las tierras oprimidas. El color de este símbolo fue el verde, y así se estableció que fuera la bandera de Zaïre. De fondo verde y con un círculo amarillo simbolizando el Sol de África, dentro del cual una mano –negra, por supuesto- sostenía la antorcha roja de la victoria.


Sin embargo le sigue faltando la fuerza interior que complemente su poderío militar. Para conseguirlo se adueñará del mito Lumumba y comenzará una discursiva de empatía con el extinto líder africano al que él mismo había ayudado a asesinar. Gracias a esto es capaz de atraerse o anular a la oposición política quedando sueltos los políticos más pragmáticos que para nada tenían en mente una revolución frente a occidente. Para estos Mobutu desarrollará lo que a la postre será su gran plan de construcción de Zaïre: la política patrimonialita. Privatizará todos los sectores del Estado poniéndolos en manos de familiares y gente afín a su causa.

Todo esto hizo de Mobutu el hombre capaz de construir la Nación zaïreña. De situar a su país en el centro de la escena tercermundista. De suponer el bastión de EEUU en la zona, capaz de crear grupos como el FNLA en Angola que se opusieran los comunistas. De sustentar y entrenar las rebeliones pro-occidentales que surgieron en África y de crear la dicotomía “o yo o el caos” ante los ojos de las distintas administraciones norteamericanas.

jueves, agosto 31, 2006

Los ejes -que se retuercen- de mi carreta

“Porque no engraso los ejes me llaman abandonao, si a mí me gusta que suenen pa´que los quiero engrasaos” Atahualpa Yupanqui.

Pues el Sr. Chávez bien que los engrasa y les saca brillo que da gusto. Ahora ha estado en Siria hablando con Bachar el Asad y ambos han hecho una declaración antiimperialista, lo que por supuesto es antiamericano. Cuando uno lee la noticia no puede sino preguntarse qué fue de Lula.

- “¿Quién?” - pregunta Leticia, nuestra aplicada, pero falta de memoria, alumna de la primera fila.
- “Lula es ese señor brasileño con fama de bebedor que se metió con Ronaldo por estar gordo antes del Mundial”.- que dice el peor alumno de la clase, Rafita, allá sentado hacia el final.

Pues ni uno ni otro tienen ni dejan de tener razón. Porque aunque no lo parezca ambos han argumentado –son estudiantes de LOGSE, no les pidan más. EEUU lanzaba su nueva estrategia para la seguridad nacional en Enero de 2005 señalando un nuevo y genuino eje del mal –aunque nosotros ya sabíamos desde antaño que el mal era el capital.

En ese eje retorcido se señalaba un país por continente. En representación de Europa: Bielorrusia. Por África se presentó la candidatura de Somalia, pero allí no hay Presidente, ni gobierno ni ná de ná, así que no había nadie a quien acusar. Llegó entonces adelantando por la derecha Zimbabwe, país donde, por si alguno no lo sabe, el presidente Mugabe está quitando la tierra a la minoría blanca y dándosela a los negros –bueno, en realidad a la minoría negra, porque muchas de las tierras van a parar a manos de su familia. Como de los árabes no tenían quejas después de que Gaddafi entrara en vereda, Irán quedó como el exponente más claro. ¿Qué los iraníes no son árabes? Trate Ud. de explicárselo a los norteamericanos. Así son las cosas y así se las hemos contado.

El papel de Asia estaba clarísimo: “¡Vietnam!” acertó a decir nuestra empollona Leticia. Pues no, obviamente era Corea del Norte. Más malo no lo hay. Ahí no acaba la cosa, el sudeste asiático se iba a quedar sin candidatura oficial cuando a los doctorados de la Casa Blanca se les apareció Myanmar (antigua Birmania). … … -los alumnos miran ahora con cara de estupefacción. No se preocupen los señores estudiantes. No saber señalar Myanmar en el mapa no es monopolio de aquellos de la LOGSE. Y bueno, ya está dicho todo el eje del mal. Uno por región.

- “¿Y de América quién? ¿Y de América quién?” –reclama la pelotillera de siempre. No puede estar callada la pobre.

Pues de América nadie, porque son todos muy buenos y están bajo el domino de los estadounidenses. ¿Todos? No, como diría Asterix, una pequeña isla resiste allá en el mar del caribe. Cuba, premio para el caballero.

Así que el Eje del Mal quedó compuesto por Irán, Cuba, Corea del Norte, Bielorrusia, Zimbabwe y Myanmar (antigua Birmania) -¿por qué se pondrá siempre lo de antigua Birmania cuando sale el nombre de Myanmar? ¿Se imaginan que dijéramos España, antigua Hispania pero sin Portugal, o Estambul antigua Constantinopla? En fin. El resultado fue que no se hizo mención expresa de una América Latina que aún entonces parecía liderar el tal Lula.

En la región Argentina y Brasil siempre habían rivalizado por protagonizar un liderazgo que jamás existió pero parecía que cambiaba tras la crisis argentina de 2000 y el canje de gobierno en Brasil que lanzó a Lula y al Partido de los Trabajadores. El presidente brasileño se convirtió en la “gran esperanza blanca” de la izquierda. Por su pasado, por su presente, pero sobretodo por el pasado de aquellos que le admiraban. parecía que la presidencia de Lula era la última oportunidad para que una política de izquierdas y de claro corte internacional hiciera frente a la revolución neoliberal imperante. Él se comprometió a que al final de su mandato “todos los niños brasileños tuvieran desayuno”. Lo que no dijo es que eso lo haría con políticos neoliberales en su gobierno y que reactivaría el vetusto plan nuclear de Brasil. Su punto fuerte en la política exterior fue la alianza con Argentina y la tradicional apuesta por el modelo MERCOSUR para la integración latinoamericana en clara oposición al único enemigo que para entonces tenía a la vista: el ALCA.

El eje entre Buenos Aires y Brasilia prometía y, he de confesar, a mí me ponía. Sin embargo el transcurso de los acontecimientos ha llevado a que Chávez y Venezuela le resten protagonismo. Ya no hay tanto romanticismo alrededor de Lula. El izquierdismo que antes le adoraba, hoy se ha echado en brazos de un Chávez que ha dejado de estar aislado gracias a la política de Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Esto es, si sólo tengo un amigo el cual no es nada popular, pues me los invento. La clave para Chávez fue que en lugar de hablar con amigos imaginarios se buscó los amigos y les ayudó a entrar en el poder. La llegada de Evo Morales a la dirección de Bolivia S.A. ayudado por el presidente Venezolano cambia la situación de América Latina y convierte el terreno abonado por Brasil y Lula en baldío. Bolivia decide renacionalizar el petróleo y el gas. “¡Toma ya!”, se jacta el carabanchelero Pablito. Pues no, querido Pablo. Lo que parecía un acto tremendamente antiimperialista, nada neoliberal, resultó ser un golpe –casi de muerte- al proyecto de Lula “esperanza blanca”. En realidad Morales renegoció los contratos con las mismas empresas extranjeras que estaban extrayendo los recursos de Bolivia para que pagaran más impuestos, de todas menos de una: la brasileña. El gran proyecto de abastecimiento energético de Brasil a través de Bolivia quedó destruido y el modelo integrador de Brasil finiquitado. Sólo la derrota de otro delfín de Chávez en Perú, Ollanta Humala, le ha dado algo de impasse a la situación. Alan García es claramente partidario de la vía chilena que consiste en acuerdo de libre comercio con EEUU y punto en boca.

Y ahí le tenemos de nuevo al Sr. Chávez. Maletín en mano yendo de gira antiimperialista como antaño hacían los Sex Pistols, sólo que esta vez él mismo se está creando su eje. Un eje basado en la economía, que no en la ideología como él mismo nos intenta hacer creer. Y yo digo, si la esperanza de los que queremos que esto cambie, si el único que hoy propone una alternativa a los proyectos globalizantes del neoliberalismo es uno que tiene tanto respeto por la democracia que dio un golpe de estado, es uno que le da lo mismo aliarse con Bolivia, o con Cuba que con Siria o China, entonces tenemos que reinventarnos a nosotros mismos, pues está claro que tenemos defectos de fábrica y que no todo es culpa de la LOGSE.

miércoles, agosto 23, 2006

Katanga, 1960

Cuando en la década de los 50 un profesor belga propuso en un artículo un plan para la independencia del Congo Belga en poco más de 30 años todo el mundo se escandalizó. Los belgas se escandalizaron porque entendían que en 30 años no daba tiempo a educar a los cuadros necesarios –entiéndase afines- para el autogobierno. Los congoleños se escandalizaron porque la independencia debía y tenía que ser ya.

Así sucedió. En 1960 un nuevo país veía la luz. El Congo, liderado por un político nacionalista pero claramente partidario del bloque occidental en plena lucha de la Guerra Fría. Patricio Lumumba había conseguido destacar entre la amalgama de líderes congoleños. Había logrado el liderazgo tras su ímpetu en visitar cada región del país. Su estrategia de un Congo para los congoleños triunfó frente a líderes menos carismáticos que ofrecían discursos de proximidad a los belgas o de completa entrega a uno de los bloques que regían el orden internacional. Además, al recorrer infinidad de localidades –aún por muy pequeñas que éstas fuesen- Lumumba se hizo el candidato más conocido del vasto país africano.

La vida tranquila de un Congo independiente duró poco pues la región más rica de todo el país, Katanga, declaró su secesión apoyada por militares belgas. La joya de la corona del colonialismo belga había de ser conservada. Fue entonces cuando la política del Congo dio un brusco giro hacia lo que se dio en llamar una gran anarquía. La ONU realizó un polémico envío de tropas de interposición –polémico porque las mandó por primera y última vez en la historia la Asamblea General, órgano que no está habilitado para ello-, Bélgica hacía desplegarse a su cuerpo de paracaidistas y el mismo Secretario General de Naciones Unidas del momento, el sueco Dag Hammarskjöld, se encargó de mediar entre las partes. Dicho Secretario moriría en este país cuando un misil tierra-aire, que nunca se supo quién disparó, derribó su avión en mitad de la selva.

Lumumba acudió a Nueva York con el doble fin de entrevistarse con la Administración norteamericana y con los diplomáticos de Naciones Unidas. Su objetivo era simple: hacerles ver que estaba posicionado del lado occidental en la contienda fría, y que su único pecado frente a Bélgica había sido reclamar los recursos naturales del Congo para los propios congoleños. En ninguna de las dos sedes fue escuchado y pesaron más las voces de los colonialistas belgas que veían a Lumumba como un enemigo de corte radical. Lumumba fue etiquetado como líder pro-soviético y se le cerraron las puertas de cualquier embajada occidental. Debido a esto, Lumumba acudió a la URSS para tratar de salvar a su país. Los dirigentes soviéticos no dudaron en confirmarles su apoyo –el Congo tenía y tiene una posición estratégica muy importante por sus recursos y por sus fronteras. Sin embargo cuando llegó la hora de la verdad los soviéticos se desentendieron de lo que le pudiera pasar tanto al país como al líder congoleño.

Cuando Lumumba regresa de Nueva York, Bélgica termina por perder el control de la situación y deja de ser el referente internacional, la voz autorizada como potencia colonial para definir e interpretar la situación. Será sustituida por EE.UU., quién decide intervenir al estilo de la Guerra Fría y será desde entonces el director de los acontecimientos. Emisarios de la CIA envalentonarán al principal opositor de Lumumba en el gobierno para que decida su arresto, que se transformará en arresto domiciliario ante la presión popular. Más tarde, los mismos norteamericanos sacarán al líder congoleño de su casa con la intención de entregarlo en Katanga a sus enemigos. Sin embargo Patricio Lumumba no terminará de llegar a su destino. Es asesinado por el camino por sus captores dejando tras de sí un legado político de enorme movilización frente a los poderes coloniales y una élite política congoleña descabezada y dividida.

La muerte de Lumumba supuso el fin del buen comienzo que pudo haber tenido el Congo, el inicio de una Guerra Civil tolerada y apoyada por EE.UU. y que dará paso a uno de los más longevos y terribles regímenes que ha poblado África. Pero eso será otra historia.

sábado, julio 08, 2006

Cuando Jesús fue negro, y africano

Son estos días de resaca en España por la visita del jefe de la Iglesia Católica los más indicados para hablar de cuando Jesucristo fue negro. Corría el año 1921 cuando en plena colonia belga del Congo surgió la figura de Simón Kimbangu. Nacido a finales del siglo XIX, Simón vio cómo se le aparecía Dios en fecha de 18 de Marzo y cómo Éste le pidió que transmitiera su palabra por doquier, lo que en el Congo significa la sabana y la selva.

La doctrina que predicaba Kimbangu era la de la resistencia ante el opresor blanco. Afirmaba que Dios era negro y que los colonos blancos lo habían robado, por lo que serían condenados en la otra vida. Kimbangu profesaba un cristianismo negro que logró propagar rápidamente ante lo cual la administración colonial belga decidió arrestarle y condenarle a muerte. Indudablemente este hecho aumentó su popularidad y ayudó a que la presión obligara a los belgas a reducir la pena a cadena perpetua.

El discurso kimbanguista, de fuerte contenido mesiánico, se transformó así en un referente de la lucha anticolonial africana. En África, en el momento del resistir africano frente al poder colonial, no existieron referentes históricos a los que aferrarse. Debido a la tradición oral de la historia africana y a la represión de los colonizadores, los africanos perdieron muchos de sus referentes culturales y políticos, quedando así huérfanos de las clásicas referencias al pasado que toda revolución tiene en algún momento con el objetivo de convocar a más población a la lucha.

Cuenta Ryszard Kapuscinski en su libro La Guerra del Fútbol y otros reportajes que Simón Kimbangu llegó a tener su propia Iglesia en mitad de la selva y que el día que la inauguró, acudió a ella con un bote de pintura y un pincel. Poco a poco, Kimbangu fue pintando las imágenes de todos los santos y todas las vírgenes que allí había, transformando su tez blanca en una figura negra y convirtiéndoles, a aquellos a los que imitar e idolatrar, en hombres y mujeres de África como los que rezaban en esos bancos. La Iglesia Kimbanguista aún hoy está presente en la realidad africana aunque, por supuesto, no es reconocida por el inmaculado y santo Vaticano.

sábado, junio 17, 2006

¡Acabad con los Salvajes!

Un 17 de Junio de 1991 el Parlamento de Sudáfrica abolía la Ley sobre Clasificación Racial de la Población, o lo que es lo mismo, quedaba derogado el sistema de Apartheid que hasta entonces estaba establecido en el país. No hay mejor fecha, pues, para inaugurar este blog sobre África Subsahariana que lleva por nombre “El Señor Kurtz”.

Kurtz es un nombre muy ligado al África al sur del Sahara desde que en 1899 el escritor de origen polaco Joseph Conrad escribiera El Corazón de las tinieblas. Ambientada en la colonia belga del Congo, el libro es un relato de la búsqueda por parte de Marlow, un marino inglés, de un personaje que termina por convertirse en su obsesión: Kurtz. Éste representa la labor del hombre blanco en África, la entrada de la civilización en los territorios salvajes. Una retrato cercano a la realidad colonial y por lo tanto lleno de prejuicios morales que, en mi opinión, aún hoy quedan reflejados en muchos de los encuentros políticos, sociales y culturales en los que interviene algún elemento africano. Se ha instalado en el imaginario colectivo, tanto del norte como del sur, para llegar a suceder aquello que Edward Said tan brillantemente denunciara en su libro Orientalismo.

En este espacio, pues, trataremos de dar una visión del África Subsahariana diferente de la versión oficial, despegarnos de los lugares comunes a los que siempre se acude al hablar de esta parte del mundo. Y escribo conscientemente en plural, pues éste es un blog que depende de aquellos que quieran compartir sus conocimientos, experiencias o imaginarios sobre África, completamente abierto a la participación de toda la comunidad internet.

Pero hoy día es imposible entender muchas de las cosas que suceden en África sin tener en cuenta la realidad internacional. El mundo está establecido en forma de red, y acciones aparentemente muy alejadas están conectadas por diversos nodos y actores del plano internacional. Por eso, El Señor Kurtz también es un blog sobre Relaciones Internacionales. Un espacio en donde se hablará de cualquier aspecto de la política internacional que merezca atención, más allá de lo que sólo suceda en África.

Sean de esta manera bienvenidos a El Señor Kurtz, un blog sobre África Subsahariana y Relaciones Internacionales en donde, a partir de hoy, todo está por decir.