AVISO

viernes, febrero 24, 2012

Conflicto y gobernabilidad en África Subshariana

El pasado miércoles 15 de mayo di una charla sobre Conflicto y gobernabilidad en África Subsahariana en el Centro Cultural Teresa Pàmies - Centro Cívico Urgell de Barcelona, dentro del ciclo sobre Política y economía africanas. La experiencia, a mi juicio, fue enriquecedora. 

Hay una frase atribuida a Albert Einstein que dice así: Uno no ha entendido bien las cosas hasta que no es capaz de explicárselo a su abuela. Y algo de esto tuvo la charla, pues me tocó salir de los clásico círculos africanistas o de cooperación en los que debates estas cosas y explicar la situación de los conflictos en África a un público no experimentado que, casi por definición, es el que más a mano tiene la cuchilla para acabar con tus argumentos. Me lo pasé muy bien, en definitiva, delante de un grupo de unas 50 personas de muy diferentes edades y conocimientos sobre el continente. 

Y parece que la charla resultó interesante para aquellos que se pasaron por allí. Eso me transmitieron las personas que se acercaron al acabar y eso es lo que he leído en las dos crónicas que me han enviado sobre la charla. 

- África: conflicto y gobernabilidad. Escrita por los compañeros de la campaña Derecho a la salud en África, de Farmacéuticos Mundi y Médicos Mundi. (también versión en catalán).

- Llegaron los "dueños" de la paz, escrita por Carlos Bajo, compañero del CEA y responsable del blog Aprender sobre África.

Dejo aquí colgados sendos enlaces con la presentación que hice, tanto en catalán como en castellano, por si pudieran ser de utilidad.



También os dejo algo de bibliografía sobre lo que conté en la charla. Espero que os sea de utilidad.

África en el sistema internacionalFrancisco Javier Peñas Esteban (ed.).



Más allá de la barbarie y la codiciaItziar Ruiz-Giménez (ed.)

Y, por último, os dejo dos enlaces a dos documentos que mencioné durante la charla.

Aid, Growth and Peace: A Comparative Analysis, de Astri Surhke & Julia Buckmaster en el que hablan del desarrollo humano y los procesos de reconstrucción postbélica.

Root Causes of African Underdevelopment, de Sambit Bhattacharyya et. al. en el que comparan la incidencia de la malaria o la esclavitud en el subdesarrollo de África.

miércoles, febrero 22, 2012

La ternera que provocará la Tercera Guerra Mundial


Fotografía F.Díaz

La cultura judía es el gran desconocido de las tres religiones surgidas de Oriente Medio. Al menos en mi caso. El hecho de que en nuestro país sea una minoría poco visibilizada, unido a la mediatización del holocausto judío, ha provocado un oscurantismo o reduccionismo hacia los ritos y tradiciones judías. En prensa escrita o televisión solemos visualizar el inicio del Ramadán, de la Semana Santa o de la visita a la Meca. Y sin embargo pocas veces se realizan noticias sobre la llegada del Yom Kippur o el Hanukka.

Este desconocimiento general sobre las tradiciones y creencias judías acaba afectando a nuestra interpretación de la colonización de Palestina por parte de Israel. Igual que sabemos qué tipo de condicionantes religiosos influyen en la política palestina, encabezada por Hamas y su ideología islamista, podríamos considerar a los ultraortodoxos judíos como secuestradores de una parte de la política del Estado de Israel. Y podríamos interpretar este secuestro si socialmente conociéramos un poco mejor las peculiaridades de su tradición y sus creencias. Al no conocerlo podemos caer en el error de interpretar que la política interna de Israel es semejante a la de muchos países europeos y propia de los Estados laicos, donde la influencia de los estamentos religiosos es nula.

Un poco por casualidad y otro poco por voluntad propia, en los últimos meses me he encontrado con novelas que hablan de la tradición judía más ortodoxa. En el libro chiste de Shalom Auslander Lamentaciones de un prepucio están relatadas, por ejemplo, las diferentes bendiciones sobre los alimentos que se han de realizar antes de comer. Éstas siguen un riguroso orden jerárquico establecido una vez que se ha puesto la mesa. También se hace referencia a otros ámbitos de la cultura judía ortodoxa que conforman su cultura política. Y en otra novela, en este caso novela gráfica, se encuentran las diferencias y matices de creencias entre las diferentes sectas del judaísmo ortodoxo –por ejemplo, quiénes esperan la llegada del mesías de forma pasiva, quiénes lo hacen de forma activa o quiénes consideran que Jesucristo era el mesías que estaban esperando. Elementos todos ellos muy significativos de los acontecimientos políticos que sacuden el día a día mediático del conflicto israelo-palestino.

En esta novela gráfica, titulada Crónicas de Jerusalén, Guy Delisle retrata un año de su vida en la ciudad. Un año en el que, curioseando por entre las calles de la ciudad santa, se encuentra con gente muy diversa que le lleva a conocer experiencias muy diferentes. Una de las experiencias que relata es la de la ternera que provocará la Tercera Guerra Mundial.

Jerusalén es el talón de Aquiles de cualquier acuerdo de paz entre palestinos e israelíes. Esta ciudad ha sido conquistada y reconquistada varias veces a lo largo de la historia para las religiones cristiana, judía y musulmana. Es la ciudad triplemente santa, allá donde esas tres religiones sitúan pasajes fundamentales para su creencia y, por tanto, aquella a la que todos quieren controlar. 

Un punto fundamental de disputa entre judíos y musulmanes es la explanada de las mezquitas. En este terreno se considera que se construyó el templo del Rey Salomón. Ese templo fue destruido por Nabuconodosor, pero 70 años después se reconstruye. Los romanos lo vuelven a destruir y siglos después se construye la actual mezquita, que durante un siglo también fue utilizada como iglesia. Está construcción abarca hoy día todas las vistas de Jerusalén. Del último templo sólo queda en pié el denominado muro de las lamentaciones, un muro que en la actualidad está fuertemente vigilado y cuya visita, por cierto, tiene un carácter especial que recomiendo a todo el mundo.

La explanada de las mezquitas está abierta a todos los visitantes durante sólo unas horas al día. El resto del tiempo es de uso exclusivo para la población musulmana. Sin embargo  el Gran Rabinato de de Israel prohibió a todos los judíos visitar la explanada. Y lo hicieron porque consideraron que al visitarla podrían pisar algún resto del Sancta Santórum, o arca de la alianza, que estaba guardada en el primer templo. Pisar el Sancta Santórum se consideraría pisar a dios, lo cual es una ofensa de difícil reparación. Por eso el único judío autorizado a entrar es el Sumo Sacerdote, aunque huelga decir que no todas las poblaciones judías hacen caso de esta prohibición religiosa y se puede observar a judíos en la explanada con relativa facilidad.

Pero la pregunta que le viene a la mente a cualquiera que conozca la capacidad motora del fundamentalismo religioso judío será ¿por qué no entran las fuerzas israelíes y construyen el templo sobre la mezquita que ahora se alza?

La solución también la da Delisle en su novela. La biblia ya anuncia la posibilidad de reconstruir el templo, pero previo paso por un ritual para el que se necesita agua purificada y las cenizas de una novilla roja. Una ternera de color rojo. Y no una ternera de color rojo cualquiera, sino una ternera roja que habrá de ser considerada kosher, o apta para los judíos, lo que en la práctica se traduce en que no deberá tener ningún mechón blanco durante los 3 primeros años de su vida, incluidas las pezuñas. 

Las novillas rojas, al parecer, no abundan -Delisle cuenta 9 desde los tiempos de Abraham. Pero en el siglo de la ingeniería genética, casi todo es posible. Hace unos años, ganaderos estadounidenses consiguieron cruzar varias terneras hasta dar con una completamente roja. Sin embargo a la ternera le salió un mechón blanco antes de cumplir la edad estipulada, con lo que no se consideró una señal. El día que se anuncie la llegada de una ternera roja kosher los ultraortodoxos judíos, como cualquier otro judío, podrán entrar en la explanada y cumplir con su intención de construir su nuevo templo y así esperar la llegada del mesías… justo en el mismo lugar donde ahora se levanta la cúpula de la roca desde donde la religión islámica cree que el profeta se elevó a los cielos.

Que los judíos ultraortodoxos tengan o no tengan capacidad para destruir la mezquita dependerá de muchos factores. Entre ellos el económico. Delisle también cuenta en sus aventuras las relaciones entre los colonos judíos en tierra Palestina y grupos de extrema derecha cristiana norteamericana, quienes creen firmemente que Jesucristo no regresará hasta que todos los judíos del mundo estén en tierra santa. El hipotético apoyo a la construcción del templo por parte de una administración norteamericana que pudiera estar influenciada por los grupos de presión pro-israelí y grupos ultras cristianos no es descabellado. Todos hemos sido testigos del secuestro por fundamentalistas cristianos de la vida política norteamericana durante los ocho años de la Administración Bush. Y actualmente el Partido Republicano está fuertemente atado a las tesis del Tea Party –extrema derecha política y religiosa. El apoyo exterior, según las circunstancias, podría existir.

En cuanto al apoyo interno, los ultraortodoxos son una comunidad con una presencia política propia en el Parlamento que incluso ha llegado a formar coalición de apoyo al Gobierno. Además, en un país con tanta raigambre religiosa las actuaciones de los grupos ultraortodoxos son condenadas públicamente y aprobadas en lo privado. Responden o coinciden con objetivos políticos de grupos laicos del Estado. 

La provocación, que evidentemente significaría la destrucción de la cúpula de la roca, tercer lugar sagrado del islam, rompería definitivamente el statu quo de la región. Con un Líbano eternamente inestable, los aprendizajes revolucionarios de las sociedades árabes tras las revueltas de 2011 o un Irán cada día más fuerte militarmente, el conflicto militar a gran escala estaría servido. Sin olvidar los rumores de ataque israelí a Irán para la primavera de este año.

Está claro que este texto es un ejercicio de política ficción, en tanto en cuanto no podemos prever qué pasará el día que nazca la ternera roja. Ni si quiera se podría llamar un análisis en prospectiva, pues los escenarios variarán de década en década hasta que nazca el ternero. Sin embargo existe un poso de posibilidad real en todos estos hechos que añade dramatismo a la situación política internacional. El que una posible contienda militar futura, que podría llevar el epíteto de mundial por cuantos países se vieran arrastrados a participar en ella, casi con garantía de empleo de armas nucleares, se desencadenara por un hecho tan nimio y ridículo como el azar biológico que supone el nacimiento de una ternera roja no deja de ser un indicador alarmante de cómo la religión domina gran parte de las relaciones internacionales. Dominio que parece evidente incluso aunque no se comparta la idea de Huntington sobre un enfrentamiento entre bloques civilizatorios-religiosos. 

Lo religioso actúa así como ideológico, llevando al ámbito de la política a tomar decisiones donde los intereses de las partes no son comparables ni reconciliables. Constituyendo la práctica de la política como un campo de batalla en donde sólo uno de los dos bandos puede permanecer sobre el otro y ninguna negociación es posible. Dios no se lo permite.

lunes, febrero 06, 2012

La globalización de las inversiones en África, de Adams Bodomo

Uno de los grandes temas del desarrollo consiste en definir hasta qué punto deben o no protagonizarlo entidades privadas, es decir empresas. Desde el ámbito de las ONGD, las instituciones con ánimo de lucro no son bien vistas. Y no lo son porque se les presume una voracidad financiera y una necesidad de beneficios a corto plazo incompatibles con los procesos enraizados de desarrollo. Dicha presunción está basada, huelga decirlo, en años y años de experiencias en el terreno.

Los promotores de las inversiones privadas en el extranjero han gozado de grandes facilidades históricas. Al menos si nos referimos a los flujos de inversión Norte-Sur. Los primeros procesos de desarrollo, entendidos como los entendemos ahora, fueron iniciados a raíz de las experiencias descolonizadoras de los 50 y 60. En esa época fue el libre comercio y la necesidad de invertir en los nuevos Estados-Nación lo que pensaba que libraría al mundo de su pobreza. En concreto, los estados africanos, recién llegados al panorama internacional independiente, contaban con ambiciosos planes de desarrollo entendido como construcción de grandes infraestructuras que, generalmente, estaban liderados por los grandes gurúes del nacionalismo y del panafricanismo. Sin embargo esta política de la libre circulación y de la promoción de la especialización de los países en el marco de la economía internacional fue un sonoro fracaso que, a pesar de él, siguió constituyendo el dogma de fe de instituciones como el FMI y el Banco Mundial.

Con el tiempo el concepto de desarrollo fue girando desde aquel que entendía que había que construir carreteras a aquel otro que se centraba en el crecimiento de la economía nacional. Por entonces volvieron a empezar los conflictos entre aquellos que defendían un crecimiento autocentrado -el Plan de Acción de Lagos- y aquellos que volvían a sostener la inversión privada y la especialización nacional. La Inversión Extranjera Directa (IED) se ha consolidado, como se puede ver, como una de las herramientas del centro político internacional para “desarrollar” a los países africanos. E incluso los propios países africanos han terminado por aceptar y potenciar este paradigma de la IED, creando herramientas organizativas como el NEPAD, pensado para potenciar las relaciones económicas Norte-Sur.

El libro de Adams Bodomo se ajusta a esta línea de pensamiento donde la IED no tiene más que ventajas para un país en desarrollo, para un país africano. Eso sí, siempre y cuando dicho país sepa controlar la IED, algo que según él requiere casi exclusivamente de voluntad política.

El libro de Bodomo concibe la IED como una herramienta intrínsecamente positiva para África Subsahariana. Y ahora que, en tiempos de crisis, todos miran hacia África como el lugar donde realizar inversiones, parece que todo el mundo le da la razón. Los flujos de IED aumentan en volumen y, lo que es más significativo, en orígenes. Ahora, más allá de los tradicionales flujos Norte-Sur, también existen otros Sur-Sur e incluso triangulares. Todos quieren participar de este festín que es la IED en África.

Bodomo nos explica también que la IED tiene virtudes tales como la promoción del desarrollo de infraestructuras, la formación de recursos humanos autóctonos y la implantación de nuevas tecnologías en los países en desarrollo. También ve a la IED como estabilizadora de los sistemas democráticos y, ahí es nada, como una gran fuente de desarrollo social a través de los programas de Responsabilidad Social Corporativa.

La sencillez del panorama que dibuja sobre la IED alerta a cualquier lector con un mínimo de espíritu crítico. Bodomo parece haber omitido deliberadamente la historia económica del desarrollo occidental y algo que ya explicó muy bien el profesor Ha-Joon Chang en su conocido Retirar la escalera, y es que los países ricos se hicieron ricos gracias al proteccionismo de sus economías y al desarrollo de su demanda interna, por encima de las posibles inversiones foráneas.

La realidad contrasta con los argumentos de Bodomo al observar que la IED, en cuanto a constructora de infraestructuras desarrolla aquellas inherentemente relacionadas con su actividad económica, y por tanto no siempre las más adecuadas para el desarrollo económico y social de los países. Además, y en esto la experiencia en IED China es paradigmática, la formación de recursos humanos africanos es poco menos que anecdótica por cuanto el personal cualificado -e incluso en muchas ocasiones el menos cualificado- es exportado desde el país de origen de la inversión. Tampoco funciona como transmisora de tecnología y, cuando lo hace, dicha tecnología desarrolla soluciones para problemas del país de origen, que no tienen por qué ser los mismos que los del país receptor de la IED. 

Los aspectos políticos y sociales de la IED, tales como la supuesta estabilización democrática o la responsabilidad social corporativa son también de fácil contraste con la realidad. En un continente como el africano, con múltiples experiencias dictatoriales o poco control de los aparatos estatales por parte de la población en general, no resulta fácil encontrar casos extrapolables de acuerdos entre juntas militares o gobiernos corruptos con grandes grupos empresariales para desarrollar el país. Tampoco la responsabilidad social de una empresa de IED ha de ser generalizada pues son más los casos en los que dicha inversión finiquita los modos de producción y de vida locales en favor del ambiente favorable a sus industrias, con lo que los programas de responsabilidad social terminan siendo un lavado de cara a gusto del consumidor.

Pero más allá de la definición de la IED, Bodomo se dedica a analizar las diferentes inversiones de los actores más importantes en África. Su análisis de los actores europeos es el que más destaca por lo acertado del mismo. Si la IED europea -la más numerosa y extensa en el tiempo- no ha creado desarrollo es sencillamente porque sus características han ido en contra de los intereses africanos. Pero a pesar de que Bodomo señala temas como la condicionalidad europea a la IED en África, lo cierto es que si la inversión europea no ha creado mejores condiciones de vida en el continente sólo ha sido por una cuestión de diferencias estructurales de poder y de capacidades de decisión. 

Su análisis de la IED china en África, el más interesante, peca de excesivo optimismo al tiempo que de ceguera -entendemos que autoinflingida- al no saber ver en el gigante asiático un actor sin escrúpulos ni moral ninguna a la hora de negociar los acuerdos comerciales. China no busca “el interés duradero de ambas partes partes”, como Bodomo define la IED, sino que busca sostener su ritmo de crecimiento aunque sea a través de la promoción de regímenes autoritarios en diversas partes del mundo. Y no es posible criticar y condenar la división del mundo de la Guerra Fría en bloques de intereses, y pensar al tiempo que tras la no condicionalidad de China no se esconde el frío pensamiento de sostener a un hijo de puta, sea cual sea, mientras sea el nuestro.

Con todo, el libro de Bodomo es un ágil y divulgativo ensayo, bien documentado y apoyado en datos de actualidad, que cuanto menos propone una reflexión sobre la estructura actual de la promoción de la IED en África. Si bien Bodomo propone una estructuración de ésta donde cada país africano pueda negociar, bilateralmente, con cada inversor extranjero y así optimizar sus resultados, no se puede dejar de pensar que un simple análisis de poder estructural nos llamará la atención sobre la indefensabilidad de ciertos argumentos africanos para dirigir la IED ante países con la influencia internacional de China o India, por ejemplo. Un paso más allá de Bodomo sería proponer, como él, una ruptura del marco triangular -Europa + China + África- pero encaminado hacia el multilateralismo africano. Es decir, a que en la mesa negociadora se sentaran cada vez un representante del país europeo de turno y otro de un organismo intraafricano capaz de negociar según las necesidades del propio continente, y no según las oportunidades del inversor. 

viernes, febrero 03, 2012

Ciclo de conferencias Política y Economía Africana

Programa del ciclo de conferencias
Durante todo el mes de febrero tendrán lugar en el Centro Cívico Urgell de Barcelona el ciclo de conferencias sobre política y economía africana. Está organizado por el propio centro, perteneciente al Ayuntamiento de Barcelona, e impartido por miembros del Centro de Estudios Africanos (CEA).

Las conferencias versarán sobre descolonización, economía, el Estado-Nación y los conflictos y gobernabilidad en África Subsahariana. La conferencia sobre este último tema, conflictos y gobernabilidad, correrá a mi cargo la tarde del 15 de febrero, en lo que será mi reestreno en la actividad formativa después de una pequeña experiencia en temas de cooperación y derecho humano al agua hace ya unos años.

Por supuesto, os invito a todos a asistir a todas y cada una de las conferencias, e incluso a la proyección de la película La pesadilla de Darwin, que también está incluida en el ciclo.

Qué: Ciclo de conferencias política y economía africana: de la descolonización a la actualidad.
Cuándo: miércoles 8, miércoles 15, miércoles 22, martes 28 y miércoles 29 de febrero de 2012, a las 19:00.
Dónde: Centre Cívic Urgell, c/ Compte Urgell 145, Barcelona [mapa]
Más información: info@ccurgell.cat y 93 453 64 80.