AVISO

domingo, mayo 27, 2012

Curso de Verano: Realidades del África Negra


Del 11 al 13 de Julio de 2012 se celebrará en Girona el curso “Realidades del África Negra”, coordinado por el Centro de Estudios Africanos en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Girona.

Los profesores del curso son reconocidos africanistas, como Ferran Iniesta, Lola López, Jordi Tomàs, Artur Colom, Rafa Crespo y Remei Sipi. A este gran grupo de profesorado me añadiré yo, responsabilizándome de la sesión sobre Estado, conflicto y gobernabilidad en África Subsahariana el próximo 12 de Julio.

Este es un nuevo reto, después de que en el mes de febrero tuviera el placer de participar en el ciclo de conferencias que se realizó en el Centro Cívico de la calle Urgell, de Barcelona, también organizado por el CEA y donde también intervine sobre conflicto y gobernabilidad en África Subsahariana.

El programa de este curso de verano de la Universidad de Girona es más que interesante:

África clásica, trata negrera y colonización. 
Historia contemporánea de África. 
Estado-nación africano. 
Conflicto y Gobernabilidad. 
África en la economía mundial. 
Migraciones y desarrollo. 
Economía popular urbana. 
Movimientos sociales femeninos en África.

El horario del curso será de 10 de la mañana a 3 de la tarde y tiene un costo de 100€. Existe un descuento del 50% para miembros acreditados de la Coordinadora de ONG Solidarias de Girona. Te puedes matricular aquí.

El Centro de Estudios Africanos también colabora en otros dos cursos de verano, en Tarragona y Lleida. Puedes encontrar más información en su página web.

Qué: Curso de verano Realidades del África Negra.
Cuándo: Miércoles 11, Jueves 12 y Viernes 13 de Julio de 2012. De 10h. a 15h.
Dónde: Facultad de Letras de la Universidad de Girona, Plaza Ferrater Mora 1, Girona [mapa]
Cuánto: 100€.
Cómo matricularse: Hasta el XX de Junio en la página web de la Fundació UDG [Enlace]
Más información: [web]

Foto de Timefornurses

jueves, mayo 10, 2012

Terremotos electorales en Europa



Foto de gaelx
En los vaivenes de la política europea hace tiempo que no se avanzan dos pasos y se retrocede uno, como se acostumbraba en los 90. En esta Europa post referéndum de la Constitución Europea –ésa que aquí aprobamos dando palmas y que afortunadamente pararon holandeses y franceses- las élites políticas y económicas entendieron hace tiempo que es mejor no dejar la construcción del continente en manos de quienes no entienden de grandes proyectos. Aunque a éstos se les llame ciudadanos.

La construcción europea que vivimos hoy promueve cambios en las políticas más básicas que afectan a los Derechos Fundamentales, sin contar con la opinión de la ciudadanía y, por supuesto, sin hacer amago de abrir el debate a la agenda pública. Sólo así se explica el futuro Tratado sobre el déficit que ha impuesto Alemania o las increíbles medidas de ajuste estructural, propias del salvajismo del FMI en los 90, que se están aplicando en países como Irlanda, España, Italia, Portugal y, sobre todo, Grecia.

Ante este panorama es habitual que cada apertura de urnas signifique la caída del actual gobierno -8 de 8 llevamos de momento. Lo que no es tan habitual es que el nuevo gobierno resultante lleve en su programa efectivo –no el electoral- otra cosa que no sea profundizar en la política de ajuste y priorizar el pago de la deuda y de sus intereses –generalmente a bancos alemanes y franceses-, aún a sabiendas de que eso provocará el aumento de la pobreza en todo su país.

La anunciada victoria de FrançoisHollande en las presidenciales de Francia ha provocado un pequeño temblor en las élites políticas europeas por cuanto podrá significar de enfrentamiento entre el otrora bien avenido eje París-Berlín. O dicho de otro modo, si la expresión de moda en Bruselas hasta hace 20 días era “contención del déficit”, desde la primera ronda de las elecciones francesas no para de escucharse “crecimiento”. Ya no saldremos de la crisis conteniendo el gasto y dedicando nuestros recursos al pago de la deuda, sino aumentando el gasto, consumiendo, produciendo y, por tanto, generando beneficios para pagar la deuda.

De imponerse las tesis de Hollande podría darse la paradoja de que los ex-presidentes socialdemócratas europeos apoyaran en su día políticas de contención del gasto, y los nuevos gobiernos de derechas apoyen políticas de gasto público. El mundo al revés. Cosas de la política de estar a la expectativa y de la Europa de las dos velocidades –los que deciden y los que obedecen.

Pero el pequeño temblor Hollande no ha sido nada comparado con el terremoto Tsipras. Alexis Tsipras no ha ganado ningunas elecciones, es cierto. Pero el ascenso de la coalición que él dirige, Syriza, en un contexto de fuerte castigo a los partidos griegos hegemónicos -PASOK, socialdemócrata, y ND, conservador- ha provocado inquietud en esas élites constructoras de Europa.

De unas elecciones con 300 diputados en juego Syriza ha obtenido 52 (16% de los votos) convirtiéndose en la segunda fuerza política por encima del zaherido PASOK y por debajo de una ND que, con un porcentaje similar de votos (19%), obtiene 50 diputados. El hecho de que el ganador de las elecciones por número de votos se reparta 58 diputados (para quedarse el total del Parlamento en 350) ayuda a esta descompensación, donde ND tiene 108 diputados y Syriza 52.

Tsipras ha aumentado el número de votos y de escaños a través de un discurso calificado por los medios de comunicación oficiales de radical, pero que en esencia se mimetiza con propuestas como las de Izquierda Unida –que gobierna con el hegemónico PSOE en Andalucía- en España o las del candidato a la presidencia francesa Jean-LucMelechon, cuyo apoyo al socialdemócrata –y también hegemónico- Hollande ha posibilitado el cambio político en Francia. Es decir, que cuando los votos o el apoyo de esta radicalidad ayudan a gobernar, ya no lo son tanto. Pero cuando pueden liderar el gobierno, se avecina el caos y la Guerra Mundial.

Syriza no tiene opciones de gobernar, a día de hoy, en Atenas. Ningún partido lo tiene y el país parece abocado una nueva cita en las urnas. Pero en su intención de formar un gobierno de coalición ha sacado 5 propuestas que dinamitarían el proceso de descuartizamiento al que se viene sometiendo el Estado griego desde 2009. A saber:

La inmediata cancelación de las medidas de empobrecimiento de la ciudadanía griega, como los recortes en las pensiones y los salarios. 
La inmediata cancelación de todas las medidas que afecten a la pérdida de derechos laborales, como la abolición de los convenios colectivos. 
La inmediata abolición de la ley de inmunidad de los parlamentarios, reforma de la ley electoral y una revisión general del sistema político griego. 
La apertura de una investigación sobre los bancos griegos y la publicación inmediata de una auditoría independiente al sector bancario. 
La investigación, por parte de un comité internacional, de las causas de la deuda griega, con una moratoria sobre todo el pago de la misma hasta que se publiquen las conclusiones de esta auditoría.


Y todo manteniendo a Grecia en la Unión Europea e incluso en la Zona Euro. Nada que no hubiera firmado la Argentina pre-Kichner en su día. Nada que no hayan hecho ya en Islandia. Y míralas ahora, creciendo, vivos y con política propia en el escenario internacional.

En Bruselas no se han dado por aludidos. Desde Barroso hasta Van Rompuy han declarado que ven que peligre el paquete de las eufemísticas reformas griegas que la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) ha impuesto en el país con el apoyo del PASOK y el ND.

Pero mirar para otro lado no arregla nunca nada. Este fantasma recorre Europa más allá de Grecia y aunque tiene más de keynesiano que de marxista, en el fondo contiene algo mucho más peligroso para el hegemonismo actual: la vuelta a una cultura donde son los ciudadanos europeos quienes deciden qué política se ha de aplicar y qué factura se tiene que pagar primero, si la de sus nóminas mensuales o la del recibo del Deutsche Bank.

lunes, mayo 07, 2012

Sobre sentencias, conflictos y procesos de paz



Foto de Ragnar1984
La semana pasada el Tribunal Especial para Sierra Leona consideró culpable al ex-Presidente de Liberia, Charles Taylor, de crímenes de guerra. Su condena se conocerá el próximo día 30 de mayo, pero en cualquier caso Taylor se sumará a la extrañamente pequeña lista de Jefes de Estado condenados por crímenes de guerra. La lista la componen Karl Dönitz y él. Slobo no pudo añadirse a la lista porque falleció en la cárcel durante el juicio.

Taylor, además, será seguramente encarcelado en Reino Unido, mientras que otros condenados por el mismo Tribunal cumplen sus condenas en territorio africano. Chema Caballero insinúa en su excelente artículo que este trato de favor es el pago por los servicios prestados para la diplomacia occidental.

La condena de Taylor es una buena noticia porque con ella se da un mensaje claro a todos los criminales de guerra pasados, presentes y futuros: tus crímenes tendrán consecuencia… si pierdes la guerra.

El modelo hegemónico de construcción de paz en el sur viene siempre acompañado de dos herramientas fatales para el restablecimiento de la justicia y la compensación a las víctimas. Se trata de las mesas abiertas de negociación y de la reinserción gratuita de los combatientes. 

Por mesas abiertas de negociación nos referimos al principio de intervención occidental en los países del sur que pretende sentarse a negociar con criminales sin tener en cuenta esa condición. Habitualmente las negociaciones ofrecen una ventana de legitimidad a criminales que sólo descansan su poder en la violencia ejercida contra las personas. Esta legitimidad de interlocución se transforma en legitimidad política cuando las mesas de negociación terminan por repartir ministerios en supuestos gobiernos de concentración nacional que más tarde se encargarán de realizar las primeras elecciones constituyentes y los primeros textos fundacionales del nuevo país postconflicto.

A las mesas no se accede por prestigio personal, sino por cantidad de violencia ejercida. Esto provoca que pequeños líderes/criminales se dispongan a aumentar su nivel de violencia en los albores de un proceso de paz liderado por organismos internacionales. Es decir, se contribuye al ejercicio de la violencia, a su aumento, y se le propone un pacto de legitimidad que incluye la ecuación “cese de la violencia = recompensa política”. Son los réditos por la paz que obtienen los grandes jefes de la violencia.

La otra herramienta que se utiliza, la reinserción de los continentes, aunque en esencia es positiva, su habitual mala utilización provoca la continuidad del conflicto. Se trata de desmovilizar a las tropas o a los ejecutores de la violencia, hasta ahí bien. Habitualmente su desmovilización –su entrega de las armas- viene recompensada con un escaso importe en metálico y un breve cursillo de reinserción en la sociedad. El ex-combatiente, frecuentemente joven que lleva mucho tiempo de su vida involucrado en el conflicto y por tanto carece de formación profesional e incluso de hábitos sociales al uso, termina por quedarse indefenso entre la sociedad y con el recurso fácil al delito debido a que su único conocimiento es el de las armas.

En ocasiones se promueve la creación de tribunales tradicionales de compensación y de reparación. Como las Gacacas (pronunciado “Gachacha”) de Ruanda. Pero en muchos otros casos, y como tan bien apunta Chema Izquierdo en su blog, los criminales conviven con las víctimas en un acuerdo tácito de paz.

Estos tres elementos –el juicio contra Charles Taylor, las mesas abiertas y las reinserciones tan mal hechas- son claras pistas del sistema político internacional que tenemos hoy día. Mientras a los criminales de guerra vencidos de países del sur podemos encausarlos y condenarlos, a los criminales de guerra vencidos de países del norte los colocamos en consejos de administración o como enviados especiales para Oriente Próximo. Por supuesto, si eres un criminal de guerra vencedor los tribunales los verás desde lejos, por televisión, y sólo recibirás apoyos políticos –Kabila lo sabe muy bien. Y si eres un criminal de guerra vencedor del norte, siempre podrás presentarte a la relección.