"La mayoría de los africanos están tan lejos hoy de parecerse a los norteamericanos como lo estaban en 1960. ¿Se debe a que no han conseguido "desarrollarse" o, dicho de un modo más exacto, a que se modernizan de un modo diferente? ¿No está determinada, en efecto, la modernización por los modos complejos y contradictorios en los cuales las tradiciones sociales y culturales evolucionan y se transforman, en África como en cualquier otra parte?"
Patrick Chabal & Jean-Pascal Daloz
África Camina. El desorden como instrumento político
África Camina. El desorden como instrumento político
5 comentarios:
Creo que debemos ser capaces de distinguir, dentro de toda cultura, entre el aspecto por así decir “espiritual” y el aspecto “material”. Si África se encuentra hoy tan lejos de EE.UU. como en 1960 en cuanto a “espíritu” se refiere, y esa distancia se debe a “los modos complejos y contradictorios en los cuales las tradiciones sociales y culturales evolucionan” me parece estupendo.
Pero si la distancia entre África y EE.UU. se mide por el número de hambrientos, desnutridos o enfermos terminales que hay en una zona o en otra ya no me parece tan estupendo. No creo que deba contemplarse la pobreza como una seña de identidad cultural, como una manera diferente de “modernizarse”. La muerte masiva por sida, malaria o desnutrición no se justifica de ningún modo. En ese sentido no creo que deban ponerse comillas a la palabra “desarrollo”.
Sólo si incluimos dentro del desarrollo otros aspectos no estrictamente económicos (a los que me referí antes con la etiqueta de “espirituales”) podemos poner en duda su universalidad o incluso su conveniencia.
Tejiendo y tejiendo. Entre dos. O entre todos. Gracias por usar la foto!
Qué peligroso me parece mezclar las palabras modernidad y desarrollo. Modernizar, desarrollar. En cualquier caso creo que Guillermo tiene bastante razón. El número de hambrientos, desnutridos, enfermos es más que objetivo.
Hola a los dos.
Creo firmemente que el desarrollo no existe. Y pagaría gustoso un cartel en un autobus de cualquier ciudad.
El desarollo, tal y como lo pensamos y lo trabajamos, termina por ser reproducción de modelos occidentales que además ha de ser llevado por agentes generalmente externos a las sociedades. Esto es, modernización. Y, por norma general, cuando se habla de modernización hablamos de modernización a la occidental. Os recomiendo el libro de Girbert Rist -que quizás debería reseñar un día- titulado El desarrollo. Historia de una creencia occidental.
Estos autores, Chabal y Daloz, lo que postulan en su fantástico libro -que también os recomiendo- es una manera distinta de entender África. Precisamente critican a los que defienden que África no esté metida en la Modernización por poseer pobres y desnutridos. Para ellos, la modernidad africana está basada en otros principios, tal vez similares a los occidentales pero a la vez diametralmente diferentes, que la llevan a tener unos procesos políticos, sociales y económicos propios. Lo que hacen, en definitiva, es revalorizar los procesos africanos y olvidarse de aquello de que sin "desarrollo", África no tiene futuro.
Un abrazo muy fuerte, y gracias por hacerme pensar tanto una respuesta.
Estimado amigo Kurtz: hace ya casi dos años que solicité en la biblioteca pública el libro de Rist, pero todavía no han podido conseguirlo (tampoco me han comunicado la imposibilidad de que lo hagan).
Mientras tanto, y siguiendo únicamente mi sentido común (y a la espera de estudiar detenidamente los libros de Easterly, Sachs, Collier, Reynert...) creo que el desarrollo sí existe. Si no te gusta la palabra (y habrá que ver las razones que ofrece Rist para ese desagrado), llámale “X”. Por “X” mi sentido común (todavía no ilustrado) me habla de un proceso (no necesariamente “externo”) capaz de hacer pasar a una sociedad determinada de una situación de indigencia a otra de suficiencia económica. No entiendo por qué hay que unir necesariamente los conceptos de “desarrollo” y “modernidad” (concepto este último que tampoco me inspira especial desagrado, a pesar de todas las matizaciones que se le puedan hacer).
Lo que me da miedo es que bajo el paraguas del “multiculturalismo” y el respeto a la diferencia (alimentado por un odio acerbo hacia todo lo occidental) se amparen situaciones de miseria para las que no existe justificación alguna.
Otro saludo.
(Como te anuncié en mi primer comentario, pienso darte guerra sin cuartel pues intuyo que nuestros modos de ver África (y su futuro) son diametralmente opuestos. Lo que pienso que nos une como a hermanos siameses es nuestra pasión por el tema y nuestro deseo de pensar pensar pensar sin descanso.
Guillermo,
Creo que es un poco facilista creer que el desarrollo, como concepto económico-social occidental dentro del sistema económico (y ideológico en si mismo)hegemónico sea la respuesta a los problemas de África. Ya hemos visto, por ejemplo, en Nigeria la adopción d conductas "occidentalistas" en sus políticas económicas que no hicieron más que posicionar, por un breve tiempo, a Nigeria como una país "menos retrasado" frente a nuestra visión, a nuestra "otredad" que ve el desarrallo tontamente en cifras como el PIB. No obstante mientras en Nigeria subía el PIB y bajaba la deuda externa (síntomas de bienestar para nosotros) las diferencias sociales crecían y con ello los disturbios sociales. Hay que pensar bien si el desarrollo como lo concebimos es tan "objetivamente" mejor. Basta ver como Estados Unidos tiene un desempleo, un sistema sanitario y una deuda externa que dice mucho sobre nuestra visión de desarrollo. Y en el caso de la UE, que lleva más tiempo tratando de unificarse que los años que lleva Nigeria de independencia, y no ha podido consolidar un pueblo, una comunidad europea y no es más que la sombra de sus primeros pujos federalistas.
Claro, en África hay hambre, hay pobreza, hay enfermedades... pero los años de colonización, de supuesta modernización, de intervención ¿ayudaron? Y, por favor, que en nuestras sociedades el consumo y la entretención nos dejen ver menos la miseria no quiere decir que estemos en la panacea. Yo creo que el irrespeto por ese otro, la negación de la cultura que no proviene de occidente no hace más que perjudicar a países que, como África, hoy están el la indefinición de pujar por diluírse en la hegemonía (o sea, desarrollarse) o mirarse el ombligo y tratar de recuperar su lesionada identidad.
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